"La fotografía africana es un mito (...) Cada fotógrafo atestigua una personalidad única (...) y Samuel Fosso es probablemente uno de los que se ha mostrado al mundo de manera más rotunda", sentencia el crítico de arte Simon Njami.
El continente africano encierra en su interior una gran variedad de paisajes, colores y miradas. Una historia común une el territorio en el que se han revelado grandes fotógrafos. Uno de ellos: Samuel Fosso.
Fosso comenzó su relación con la fotografía en los años 70, cuando trabajaba en un estudio fotográfico encendiendo y apagando las luces de los focos en Bangui, en la República Centroafricana. Cuando el estudio se cerraba al público, él se autorretrataba vestido con atuendos como los de las estrellas de la música y el cine que salían en las revistas. Comienza en esa época a fraguarse un artista. Fosso se retrataba en "un mundo de libertad y luces, un mundo en el que se transforma en un ser contemporáneo, un mundo que suplanta el entorno monótono y dificil en el que lucha cotidianamente".
A partir de ese momento Fosso comienza a tomar conciencia de lo que puede expresar con su cuerpo. Él es la materia prima que, disfrazado y caracterizado, puede tranformarse para contar distintos sentimientos y emociones.
Las series El sueño de mi abuelo y Memoria de un amigo, aunque de épocas distintas, revelan matices autobiográficos del propio autor. La primera en color, la segunda en blanco y negro, nos muestran cómo Fosso se desdobla y vive sus propias creaciones.
Pero Fosso va evolucionando y pasa de lo más personal a lo social. Por encargo de la revista Tati, realiza una serie de autorretratos en los que refleja la sociedad africana de los 90 con un filtro muy personal: El jefe (que vendió África a los colonos), La americana emancipada en los años setenta o la Burguesa, aunque aparentemente coloristas y divertidas, las fotos tienen una carga social y política hasta ahora inexistente en el trabajo de Fosso.
Comienza entonces el compromiso histórico del artista que se refleja en su trabajo más reciente: African Spirits (Espíritus Africanos). Fosso se caracteriza como Malcom X, Martin Luther King, Mohamed Ali, Angela Davis (militante de las Panteras Negras), Sékou Touré (primer presiente de Guinea-Conakry), etc..., "figuras legendarias que han marcado el trayecto interlectual y político de África". Con estos autorretratos, Fosso crea representaciones icónicas y "remite a los sueños panafricanistas del periodos precedente al de la independencia".