El Marketing, antes de cambiarse el nombre, se llamaba Mercadotecnia. Cuentan que el registrador aceptó el cambio de nombre porque estaba haciendo un cursillo de inglés por correspondencia. Vaya Vd. a saber. En cualquier caso el cambio de nombre implicó también un cambio de sexo. Hasta ese momento Ficción y Mercadotecnia formaban un matrimonio lésbico, adinerado y no exento de cierta felicidad conyugal.

Quizá todo empezara con la Odisea atribuida a Homero, escrita entre el siglo VIII y VII antes de Cristo. En ella, Ulises (Odiseo en griego) regresa a la isla jónica de Ítaca tras participar en la Guerra de Troya. Parece ser que el texto describe hasta 26 enclaves de la isla que en realidad no existen en Ítaca, pero da igual, la isla recibe miles de turistas todos los años rebuscando entre sus rincones los restos de Ulises.

Ficción y Mercadotecnia no han dejado de tener hijos desde entonces. La Mancha es un sinfín de estatuas de Don Quijote y Sancho, y es posible seguir su ruta como si se tratara de los sitios donde verdaderamente estuvieron, buscando siempre aquel lugar de cuyo nombre no quiso acordarse Cervantes en 1605. En las inmediaciones de la Catedral de París (Notre Dame de Paris) se venden estampas de la dulce Esmeralda y del enamoradizo Quasimodo según las diferentes representaciones que se han llevado a cabo de la obra original de Victor Hugo, datada en 1831. La leyenda a veces cansa. En Madrid, justo debajo del Arco de Cuchilleros junto a la Plaza Mayor, había un bar en cuyo rótulo aparecía la inscripción "Hemingway never ate here" (Hemingway nunca comió aquí). Probablemente era mentira, y el escritor americano sonrosó sus mejillas con güiski en aquel local en más de una ocasión.

Ficción y Mercadotecnia en ocasiones no dan a basto a contar el dinero que hay en caja. La película Vacaciones en Roma (Roman Holyday - William Wyler, 1953) incluía una vuelta por la ciudad italiana con Gregory Peck y Audrey Hepburn montados en un Scooter luciendo una sonrisa divertida y feliz. Parece ser que la venta de este tipo de motocicletas de baja cilindrada se multiplicó durante los siguientes años al mismo tiempo que se iba estrenando la película. Sin salir de Roma, La Dolce Vita (Federico Fellini, 1960) reflejó una ciudad de pecado que resultó de lo más atractiva para el turismo. Como prueba de esto hay una placa colocada en homenaje a Fellini en Via Veneto en el año 1995 por el Senado y el Pueblo de Roma (S.P.Q.R. -Senatus Populusque Romanus), en la que se le agradece haber convertido la calle romana en el teatro de la "dolce vita". A veces el éxito resulta incómodo. Nos consta que hay más de uno que se acerca de noche a la Fontana de Trevi esperando ver a Anita Ekberg empapada en sus aguas y así declararle su amor eterno. Pero la Fontana de Trevi hace años que está siempre envuelta en un bullicio turístico poco compatible con el romanticismo pendón.

La Mercadotecnia, el Marketing, también es un elemento que hace posible la Ficción desde el punto de vista económico. En una entrevista, con motivo de la promoción de una de sus películas, Woody Allen reconocía que sus rodajes en Europa tienen un componente entre artístico y financiero, con tendencia clara hacia este último. "Aquí me financian, y siempre estoy luchando por encontrar dinero, así que si un país me llama y me dice 'ven a hacer una película, te la pagamos', da igual si es Brasil o China, me lo tengo que tomar muy en serio" (El País, 4 de septiembre de 2012). La entrevista la firma Miguel Mora en París. Entre las últimas películas del director neoyorquino están Vicky Cristina Barcelona (2007), Midnight in Paris (2011) y To Rome with Love (2012). En medio, rodada en Londres, You Will Meet a Tall Dark Stranger (2010). "El próximo filme lo haré en Estados Unidos, pero el siguiente se hará fuera. Me han ofrecido rodar en Sudamérica, en Moscú, en China, en diferentes sitios, y estamos decidiendo", afirma el director.

Mucho antes de que Mercadotecnia cambiara de nombre y de sexo, Ficción y Marketing follaban sin descanso, a veces solo por el puro interés de procrear. Muchos de sus hijos son engendros al servicio de la propaganda política de dictadores, reyes, poderes financieros, religiones y todos aquellos que siempre quieren escribir la historia a su imagen y semejanza. Nos reservamos el derecho de dejarle al lector la indagación sobre estas obras. La mera mención de ejemplos de este utilitarismo político de las artes, sólo conseguiría engrandecer su posibilidades de difusión y marketing, pero creánnos, las hay a millares.

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Una artículo de Moreno Bros.